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El embarazo adolescente o precoz (mujeres menores de 18 años) es un problema de salud pública mundial y sus efectos son devastadores en países subdesarrollados: la adolescente embarazada suspende sus estudios, se hace económicamente más dependiente de su entorno, limita su educación y restringe sus posibilidades laborales a empleos de bajo ingreso, la dependencia masculina le hace tener gran cantidad de hijos que imposibilitan aun más su independencia económica, se convierte en victima fácil y silenciosa de la violencia doméstica, ingresa en la prostitución, drogas…
Hemos discutido si el hecho de dar anticoncepción a la adolescente estaría fomentando o induciéndola a mantener relaciones sexuales. Si la adolescente ya ha estado embarazada no hay mucha duda al respecto, el problema está en la adolescente de alto riesgo que aún no las ha tenido pero que estamos seguros las tendrá en cualquier momento. En nuestra práctica hemos llegado a la conclusión de que se le debe indicar algún método anticonceptivo eficiente; así mismo, ganada la confianza de la adolescente exponemos las desventajas y peligros del embarazo adolescente y las enfermedades de transmisión sexual, esto es, Educación Sexual
Siempre dejamos en claro, y tratamos hacerle entender, que la adolescente por su condición no tendría “el derecho” de ejercer su sexualidad hasta edades aceptables (18 años) o al menos tratamos que limite su frecuencia.
La Anticoncepción de Emergencia fue diseñada para prevenir embarazos accidentales en la adolescente y debe estar disponible libremente para ellas y luego ser continuada con un plan de anticoncepción (y educación sexual) eficiente a largo plazo.
La interrupción del embarazo es una opción donde legal y moralmente es permisible. Lo cierto es que muchos estudios han demostrado que la interrupción del embarazo adolescente bajo las condiciones adecuadas y la guía posterior mejoró el futuro de las pacientes en lo que a su nivel de educación, abuso de drogas, compensación laboral y nivel socioeconómico se refiere, cuando se las comparó con las que mantuvieron su embarazo (Perspectives on Sexual and Reproductive Health, 2007, 39(1):6–12, doi: 10.1363/3900607).
En cuanto a nosotros, que no practicamos interrupciones por razones personales, creemos que la información contenida en este sitio contribuye a prevenir este tipo de embarazos, mediante la difusión de información válida y disponible para todos sobre los métodos anticonceptivos disponibles.
Educación
Los padres de adolescentes podrían prevenir los embarazos de sus hijas mediante una comunicación abierta y dándoles consejos acerca de la sexualidad, anticoncepción y de los riesgos y las responsabilidades que conllevan las relaciones sexuales y el embarazo; claro, esto requiere que hayan padres preocupados y con un nivel mínimo de interés y nivel educativo, cosa no siempre disponible. Las clases en la escuela acerca de la vida en familia y la educación sexual, así como las clínicas que ofrecen información a los jóvenes acerca de la reproducción y el control de la natalidad, también pueden ayudar a prevenir el embarazo no deseado.
La educación es fundamental, el gobierno debería tener redes de apoyo para la infancia abandonada, para la adolescente embarazada, hogares de cuidado diario para que la adolescente pueda educarse, escuelas, comedores populares, atención médica idónea…. suena utópico pero muchos países pobres han logrado grandes avances en estas materias, es solo cuestión de voluntad!
La OMS ofrece información y guías sobre el Aborto Seguro para prevenir muertes maternas:
El tratamiento médico del aborto comprende diversas situaciones clínicas, como el aborto espontáneo e inducido (en embarazos viables y no viables), el aborto incompleto y la muerte fetal intrauterina (MFIU), así como la anticoncepción tras el aborto.
El tratamiento médico del aborto, que generalmente se realiza con una combinación de mifepristona y misoprostol o solo con misoprostol, es fundamental para proporcionar acceso al aborto seguro, eficaz y aceptable. Tanto en entornos con muchos recursos como en entornos con escasos recursos, los métodos médicos para abortar han contribuido a la delegación y reparto de tareas y a un uso más eficiente de los recursos. Además, muchas de las intervenciones médicas para abortar, sobre todo al principio del embarazo, pueden realizarse en el ámbito de la atención primaria y en régimen ambulatorio, lo que facilita aún más el acceso a la atención. El tratamiento médico del aborto reduce la necesidad de personal especializado que requiere el aborto quirúrgico y ofrece a las embarazadas una opción incruenta y muy aceptable.
